Correspondería
a Presidencia, Secretaría General, Dirección Técnica y Jefaturas de Zona de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, como convocantes de las reuniones sobre los Pliegos de Servicios para el mantenimiento y conservación, auscultación, inspección y vigilancia de las
presas de titularidad estatal en las provincias de Córdoba, Sevilla, Jaén y
Granada, explicar lo que realmente pretenden con un acta realizada al efecto,
no lo hacen.
Son
36 meses prorrogables, y aproximadamente 14 millones de euros, para paliar las "necesidades
de personal" en las presas objeto de los contratos y "crear un equipo
coordinado". Por deducción de un profano en el análisis de texto, esas
frases del Presidente del Organismo, que no sabemos si literales, desdicen la
frase del Director Técnico del mismo Organismo "el aspecto auxiliar del
adjudicatario en cuantas tareas puede desarrollar allá donde por falta de
medios no llegan los recursos propios, humanos y materiales".
Lo
expuesto en esas reuniones nos deja la duda razonable de no saber a que pliegos
han concursado los adjudicatarios, como ejemplo el abono de los trabajos que
consta en los mismos:
Es
de destacar que en algunas presas objeto de los pliegos que se licitan por
"necesidades de personal" los equipos de explotación actuales se van
a desmembrar para, por necesidades de servicio, llevar parte de sus empleados
públicos a trabajar a "otros centros", dejando con ello las presas vacías, existiendo
en "esos centros" unos pliegos de servicios, en vigor, por medio de los que se contrata mano
de obra:
En
dichas presas por tanto, el aspecto auxiliar del adjudicatario, evidentemente,
no es tal.
Sabiendo
que el discurso constante del Director Técnico, en multitud de artículos publicados por él,
es el de externalizar el mantenimiento, la conservación, la auscultación, la inspección
y la vigilancia de las presas de titularidad estatal, con lo que, volviendo
a deducir, queda aparentemente establecido que los actuales equipos de
explotación de presas se integraran en el equipo del adjudicatario y donde no
exista equipo de explotación las potestades públicas las adquiere el equipo del
adjudicatario.
Como
dijimos ¡peligro indefinido!
Si
nadie se está preocupando por estas situaciones del todo absurdas, caben dos posibilidades,
que los afectados estén anestesiados por sus “amos” o que estén adaptados como
lo estuvo la fauna de la isla de las Galápagos, por una nomina, que no es la que
corresponde, a final de mes, o las dos cosas juntas.
El
resultado final ya lo hemos podido apreciar en toda su extensión, el ¡Vamos a
contar mentiras! acaba en tararí. No hay pues incertidumbre, se declara "a escondidas" una
gestión de un bien público desde lo privado.
Estos
gestores han tenido tiempo de hacer algo digno y honesto, pero sus premisas
desde tiempos inmemoriales eran las de externalizar la gestión de un bien público.
Tras
estas reuniones engañosas, los que somos meros observadores nos preguntamos ¿hasta qué punto el hombre es tan
débil? ¿incluso hasta hacerse el hipócrita consigo mismo?.
La
realidad es que, a pesar de este tipo de reuniones de cara al empleado público
afectado para que la ciudadanía compruebe la existencia de dialogo, todo se
lleva con el más estricto secreto, pero hay veces que la cadena de custodia se
rompe, no se sabe si con intención, y se descubre, por ejemplo, el hecho siguiente, hecho que si no es una tomadura de pelo más es que gracias a que en su día se transfirió
ilegalmente el Guadalquivir y que los transferidos reclaman sus derechos económicos
y profesionales, por obra y gracia de los sindicatos UGT, CCOO y CSIF y sus negociaciones con la Administración, todos
los empleados públicos, transferidos o no, percibirán aquel complemento llamado
CPI.