Para
mantenernos al margen y no caer en las veleidades de las políticas callejeras,
hemos dedicado las horas de asueto y relax a la lectura.
Tras
reflexionar sobre todo lo leído en este periodo de tiempo, continuamos nuestra andadura siguiendo algunos de
los preceptos que William Shakespeare escribió en su tragedia Hamlet:
No
publiques con facilidad lo que pienses, ni ejecutes cosa no bien premeditada
primero. Presta oído a los demás, pero reserva tu propia opinión.
Hace
algunos meses llegó a nuestras manos el libro "Los diez pecados capitales de los empleados
públicos". Se trata de un ensayo en el que se deja al desnudo
el mundo burocrático. De una manera totalmente libre y personal en él se pone al
descubierto el día a día de los empleados públicos y la gestión de asuntos
públicos, expedientes y despachos.
Los autores se adentran en el ámbito de los
que responden a apetitos materiales (avaricia, lujuria, gula), de los que
reflejan el poderío psicológico de quienes ocupan cargos o puestos públicos
(soberbia, ira) o los que son propios del humano hedonismo (pereza) y se incorporan, por extensión a estos tiempos que corren, tres nuevos pecados: la frivolidad, la intransigencia y el
oportunismo.
Hemos
encontrado en tan agradable lectura similitudes por doquier con lo que se cuece o no se cuece en la
Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
También hemos comparado las cocinas de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir con la filosofía de Thelema,
filosofía basada en la máxima «haz tu voluntad: será toda la ley», nosotros diremos, "esto es
lo que hay".
Cada
capítulo del libro "Los diez pecados capitales de
los empleados públicos" (destacamos en cursiva y en color rojo frases del libro) nos ha llevado a ponerle nombre y cara a
quienes no están libres de culpa, hayan sido o no juzgados por los Tribunales
de Justicia.
Prestando oído a los demás, informamos que la prensa publicaba hace días que La Unión Europea ha puesto su punto de mira en la contratación pública española.
La Comisión Europea entiende que España “destaca” en Europa como uno de los países en los que hay más
opacidad en la licitación pública, ya que en un porcentaje muy elevado las
distintas administraciones públicas prefieren utilizar la adjudicación directa
o procedimientos negociados antes que acudir a los medios convencionales, por
eso ha exigido al Gobierno español -cuando lo haya- que haga más transparentes
los sistemas de contratación pública, toda vez que considera “insuficientes”
los actuales mecanismos de control, tanto los que tienen carácter previo como
los posteriores a la adjudicación.
Diez pecados capitales, no
se está libre de culpa, sobra decir que quedó para otros tiempos el informe a
solicitar al Tribunal de Cuentas sobre la gestión de los "dineros"
públicos en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
No
están libres de culpa, ¡no!, diez pecados capitales. Ninguna novedad sobre los cuatro imputados, perdón, investigados,
y su responsabilidad en los vertidos contaminantes de las aguas residuales del
Centro Penitenciario de Albolote, en Granada, que llegaron a “originar un daño
en la calidad del agua del conocido como arroyo Juncal determinante de un grave
riesgo para el equilibrio de los sistemas naturales”.
Las intrigas
gozan de buena salud en los muros administrativos… de esta nuestra Confederación…las intrigas son,
en esta casa, como las telarañas en las bodegas, las hay en todos los rincones, se tejen
sin cesar….
El favor, la influencia y el crédito, que son como formas o reflejos del poder, se distribuyen entre
una serie de cabezas encumbradas alrededor de las cuales se forman….las camarillas
que son otro tanto de intrigas y cábalas….Las vemos ora dividirse, ora
reunirse, según los intereses de cada momento…
En una jerarquía todo empleado
tiende a ascender hasta alcanzar su nivel de incompetencia…Todos conocemos al
trepa, pelotas o buscavidas…a veces para trepar es necesario que otro caiga…
Relacionando
partes del ensayo con la filosofía de Thelema: Unos jefes disponen de “licencia
para hostigar”; otros jefes convierten lo voluntario en obligatorio por obra de
birlibirloque, en definitiva unos y otros «hacen su voluntad que es toda la
ley»
Ser jefe no es
sólo para mandar, sino para velar por el buen funcionamiento del servicio y
respeto del personal a su cargo. Mal jefe es el que se presta a dividir el
personal según sus filias y sus fobias. Un buen jefe no consiente lo indebido…
Lo indebido. Por
el poco caudal que baja por el río Guadalbullón (Jaén) y las múltiples
incidencias que se dan en cada turno de riego, para "salvar el expediente" en este año se decidió que las incidencias serían
resueltas por el SEPRONA quién controlará los turnos y tramitará ante el
Organismo de Cuenca la correspondiente denuncia a los que los incumplan. El Servicio
de Guardería Fluvial de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en Jaén
queda relegado de la función de control y denuncia que llevaba a cabo hasta ahora ante las exigencias e intrigas de jefe y
camarilla. Jefe y camarilla
que son otro tanto de intrigas y cábalas….Los vemos ora dividirse, ora
reunirse, según los intereses de cada momento…
Y
aún hay más….diez pecados capitales, quienes deben, por mandato de la Ley de Prevención de Riesgos
Laborales, tener dedicación exclusiva en sus tareas preventivas, en este caso uno que debe dedicarse exclusivamente a prevenir riesgos laborales es
el enlace entre regantes, SEPRONA y Guardería Fluvial, para este "salvar el expediente" y otros
menesteres que nada tienen que ver con su puesto en la RPT. Y eso pasa allí en
Jaén, como en las otras provincias que conforman la Cuenca Hidrográfica del
Guadalquivir. En
una jerarquía todo empleado tiende a ascender hasta alcanzar su nivel de
incompetencia…
Sabemos
que no quedan tierras por descubrir y que el juego sucio no es monopolio del
deporte. Sabemos que los que están en la cúspide de la pirámide consienten lo indebido…
Novedades, haberlas haylas…nos avisan a
diario…dice la canción ¡¡Hay que ver, hay
que ver, ayer le llamaban Pepito y hoy le llaman Don José….!!
Si
vuestros ojos y oídos están desocupados y continuais con la costumbre de vuestros
antepasados, ahora ya sólo os queda una cosa por hacer, y ésta no es precisamente
aplaudir, porque la comedia aún no ha terminado.
¡Salud
al mejor de los públicos que tiene en tan alta estima la Ética y la Buena Fé!