Inevitablemente el final de año es momento para
realizar balances y análisis de lo acontecido a lo largo de los meses
anteriores y también para esbozar proyecciones de lo qué nos puede deparar el
futuro.
El 90% de los Pliegos de Servicios contratados por quienes gestionan la
Confederación Hidrográfica del Guadalquivir establecen en sus prescripciones
contractuales la necesidad de dicha contratación por carecer de los medios
humanos y técnicos para acometer los diferentes servicios. No hay oferta de
empleo público para la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. El cupo
queda cubierto con personal externo, ajeno a la Administración.
Cuento distorsionado del pasado olvidado, un presente
apoltronado y un futuro incierto...
Nuestro pasado era común y por ello nos encontramos
inmersos en distintos procesos: Congreso de los Diputados, Tribunales de Justicia, Tribunales de Cuentas,
Tribunales Administrativos de Recursos Contractuales, Inspecciones de
Servicios, Inspección de Trabajo...
- Proposición de Ley Orgánica de delegación de competencias sobre las aguas de la cuenca del Guadalquivir que transcurren íntegramente por territorio andaluz en la Comunidad Autónoma de Andalucía.
- Contrataciones de emergencia irregulares e impropias.
- Fraccionamiento de obras para saltarse los procedimientos administrativos exigidos.
- Presuntos sobrecostes en las adjudicaciones.
- Concesión otorgada a Salto de la Breña S.A. por una indemnización millonaria a favor de esa empresa.
- Contratos de asistencia técnica para el mantenimiento y conservación, auscultación, inspección y vigilancia de presas de titularidad estatal.
- Vertidos ilegales de aguas residuales procedentes de la EDAR del Centro Penitenciario de Albolote a un cauce próximo: el Arroyo Juncal, emisiones que han afectado a la flora y la fauna de la zona.
- Presuntas irregularidades en los costes de Inversión de la Balsa Llano del Cadimo: construcción de las obras, expropiaciones, servicios afectados, asistencias técnicas.
- Externalización de la Prevención de Riesgos Laborales para la realización de la totalidad de las actividades preventivas cuando estas han sido asumidas por el Servicio de Prevención Propio.
Sería necesario hacer un auténtico y sincero examen de conciencia para encontrar todos los errores en los que se ha incurrido, pero son tantos y tan diversos, e implican a tantos servicios y personas, que sería muy difícil encontrarlos todos.
Hoy en día cualquier empleado público debe ser
seleccionado con observancia de los principios de igualdad de oportunidades,
merito y capacidad y en virtud de convocatorias públicas, pues la contratación
laboral de una parte de ellos no puede ser una excusa para incumplir o relajar
la aplicación de estos principios constitucionales.
La estabilidad laboral de los empleados públicos,
hasta hoy, es un derecho inherente a su propia condición de empleado, reconocido
por las leyes y los reglamentos que regulan el acceso y desempeño de la función
pública. Según recoge la propia exposición de motivos de la Ley 7/2007 del
Estatuto Básico del Empleado Público, la regulación y la reforma en materia de
función pública es una materia primordial para conseguir mejorar la calidad en
los servicios públicos que la Administración ofrece al ciudadano.
Pero resulta que del paradigma del Estado gestor,
caracterizado por su vocación de asumir mediante su actuación directa la
atención de las necesidades más relevantes de los ciudadanos, se ha pasado al
del Estado contratante, cuyo rasgo más relevante está constituido por su
propensión a comprometer al sector privado en la atención de tales necesidades
mediante el recurso a técnicas diversas, entre ellas, la externalización
de actividades públicas que ha
redundado “en unas menores necesidades de personal propio” por parte de las
entidades públicas.
Salvo supuestos excepcionales, el traspaso de la
actividad trae consigo la desaparición de la unidad administrativa a la que los
empleados públicos encargados de su atención se encontraban adscritos. Ello
supone que estos trabajadores quedaran, como consecuencia de dicha decisión,
sin ocupación efectiva.
Naturalmente, al actuar como empresario privado, la
Administración puede hacer uso en estos casos de las posibilidades de
modificación funcional, geográfica, traslados forzosos, con el fin de recolocar
a estos trabajadores en otros puestos disponibles.
Si el empleado público no encuentra en su trabajo las
motivaciones adecuadas para el buen desarrollo de sus funciones, el ciudadano
difícilmente recibirá la atención que se merece. Y, precisamente, la
estabilidad laboral, como uno de los derechos primordiales de los empleados
públicos, debe convertirse en una de las principales herramientas que tiene que
utilizar la Administración para conseguir la satisfacción de los que trabajan
dentro de la organización.
Una vez conseguida esa estabilidad utilizando,
lógicamente, los cauces reglamentarios establecidos por las leyes, puede
comenzar la planificación de un sistema adecuado de motivación, retribución,
evaluación, compensación, que dirija a los empleados públicos a alcanzar la tan
ansiada mentalidad de pertenencia a la organización y de trabajo en grupo.
No es tan fácil conseguir un clima de satisfacción
total dentro de una organización y en la Administración Pública resulta ser, si
cabe, una tarea aún más difícil.
Las peculiaridades que presenta la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, como Administración Pública, en el ámbito de los recursos humanos requiere la realización de una
planificación de esos recursos en la que las fases estén claramente definidas y
en la que no haya lugar a interpretaciones subjetivas o a modificaciones
injustificadas surgidas a última hora.
El sistema de la función pública profesionalizada y
preparada constituye -al menos en su formulación teórica- un antídoto al riesgo
de apropiación de los instrumentos de poder por un partido político,
constituyendo, además, la mejor vacuna contra la corrupción, en el buen
entendimiento de fidelidad a su filosofía de origen: el empleado público es neutral
y comprometido con la ética, con la defensa del interés general, en definitiva,
con el papel que le corresponde jugar en el sistema democrático, el
aseguramiento del Estado de Derecho.
La mayor parte de los casos de corrupción que afloran
día a día tienen una nota común: un empleado público -sea por acción o por
omisión- que ha coadyuvado a que las actuaciones que desembocan en la
corrupción tengan apariencia de legalidad. Suele decirse «Tengo un informe del
técnico que avala lo que hice» o «Nadie informó en contra».
Los empleados públicos que con su presencia o
ausencia avalan tales procederes -al margen de las responsabilidades
disciplinarias y penales en que pueden incurrir- hacen un flaco favor a su profesión
y horadan el Estado de Derecho, violentando la confianza que el sistema ha
depositado en ellos.
Los controles, los procedimientos, las garantías del
Estado de Derecho son tantos y tan perfectos que sólo es posible vulnerarlos
cuando el empleado público mira para otro lado.
Los empleados públicos lo saben todo. No hay nada que
ocurra a su alrededor que sea incorrecto y ellos lo ignoren. Su conocimiento
profesional y el rodaje de haber trabajado en muchas legislaturas para
políticos representantes de todo tipo de ideales los consolida como verdaderos
expertos en saber discernir si la gobernanza que ejerce un determinado político
y sus afines colaboradores en sus actuaciones es legal o perversa.
Al empleado público no se le escapa nada si él no
quiere. A muy pocos “se la pueden dar con queso” salvo que se presten a ello, se conformen o se acomoden.
En la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir,
por ser el caso, tenemos un problema. A saber: políticos que en la práctica se
ocupan más de prácticas y competencias funcionariales y empleados públicos que
atienden más a prácticas y competencias de carácter político.
A lo mejor lo que necesitamos los empleados públicos
son Directivos, profesionales de la gestión pública preparados para aplicar
criterios de eficiencia y productividad, dispuestos a emplear sanciones, faltos
del compañerismo y corporativismo. Directivos alejados de los jefes de servicio
actuales, gerentes o directores, funcionarios unos, que por tener que trabajar
toda la vida con los compañeros se limitan a pasar de puntillas por los
problemas, y políticos los otros, que dada la eventualidad de su puesto no se
complican la vida con problemas estructurales, de gran calado, en su área o
servicio.
Debería ser evidente que en la asignación de funciones
y tareas o en el reconocimiento de categorías, retribuciones o derechos,
ningun gestor público decida de manera arbitraria sobre las mismas.
La oferta de empleo público, la plantilla de
personal, el catálogo de puestos y la Relación de Puestos de Trabajo, en
definitiva, deben ser herramientas de organización de recursos
humanos ajenas e independientes de la voluntad gestora y política de turno.
La antigua sabiduría china nos enseña que en la
naturaleza siempre hay ciclos que debemos observar para saber cómo actuar. Hay
tiempos de espera, tiempos de siembra y tiempos de cosecha.
El empleado público debe ser el valedor más fiel
guardián de los intereses de los administrados (la ciudadanía) y perder el
miedo a enfrentarse con aquellos cargos que en su comportamiento se
les vislumbre indicios de derroche o maquilladores de delitos. Debe de buscar
la verdad y poner su conocimiento al servicio de la sociedad en general y
abogar por el conjunto universal y sencillo de los principios morales.
Pero lo que agrava el problema es que pasado lo
pasado, mirando a nuestro alrededor no se ve más que sometimiento y pasividad. Ya no hay ningún Quijote
luchando contra molino alguno. Todos
cabeza gacha y a esperar. Muchos son los que descubrieron que
del “cuento” –sin mucho o esfuerzo alguno – se puede vivir.
La mayor parte de los fracasos, aquí relatados, tienen un origen común
relacionado con la gestión y el aprovechamiento de los recursos humanos de esta Confederación que
a nadie le importa lo suficiente como para tomar medidas contundentes. Poco construiremos sin esfuerzo, sin entrega, sin valor y sin pasión. Eso se llama dejadez.
Hoy, aquí estamos, casi iniciando los primeros 365
escalones que nos separan del 31 de diciembre del año 2016 que comenzará en
pocas horas. ¡Ahora somos Tiempo! Somos el tiempo que nos queda. ¿Y cuánto
Tiempo nos queda? Depende del enfoque que le demos.
Enhorabuena plataforma, magnifico resumen de lo que se ha vivido en esta podrida casa. ¿ cuánto tiempo nos queda? esperemos a que haya nuevos gestores y que nos escuchen, los que hemos tenido hasta ahora sólo han mirado por sus intereses y del partido que les colocó, ahora es hora de que se depuren de una vez por todas responsabilidades, algunas de ellas están al caer. FELIZ AÑO.
ResponderEliminarSin duda el broche de oro a todas las entradas del año, mi más sincera enhorabuena.
ResponderEliminarTú, o vosotros, sois los únicos que habéis sabido mantener esa luz encendida pero cada vez más tenue porque requiere esfuerzo el mantenerla, esfuerzo que como bien decís, aquí ya se perdió, parece mentira que en tan pocos años hayamos pasado de ser una piña a ser mariquita el último, y si te quedas atrás que te jodan, apáñatelas como puedas.
Cada párrafo de la entrada me hacía pensar en el rebaño de ovejas, sin segundas, que tiene un dueño y su perro que los tiene controlados, pero aquí ni el dueño ni el perro han querido, que no sabido, hacer nada.
Miro a mis compañeros y no los reconozco, dónde está esa unión y esas ganas que tuvimos para luchar contra lo que era injusto? Se diluyo como un azucarillo, en parte por desgaste pero sobre todo con el reparto de migajas que como a pajarillos les tapan la boca, y me debes una, calla.
Los auténticos culpables son como bien decís los de arriba por hechos, pero los demás por mirar para otro lado y dejar que pase, como a ellos no les toca no hay que molestarse.
Miro las fotos que van pasando mientras escribo y me parece mentira que eso ocurriera, no volverá, de eso estoy seguro.
Viene un gobierno nuevo, ojalá que algo cambie y que por lo menos se nos dé la oportunidad de sentirnos útiles y no sucios, ojalá se premie al que trabaja y se castigue al que no lo haga, aunque viendo como se puso el que dejó su vida por querer tener un poco más, lo dudo mucho.
Gracias Plataforma.
DesdeJaén: Completamente de acuerdo en todo lo que dices
EliminarAnonimo 31 de diciembre 2015.11'36
Gracias Plataforma por estar ahí siempre.
Completamente de acuerdo contigo, Anonimo 31 de Dicienbre 2015. 11,36.
EliminarYo tambien miro a mis compañeros de Jaén, y no los reconozco.
Feliz año 2016 y Gracias Plataforma por todo y para todos.
1:27
EliminarNo reconocerás a muchos, que se han dado la vuelta a la chaqueta, se han bajado los pantalones, se han dejado su dignidad, sus vociferantes palabras en contra del sistema, que ahora los acoje.
Hay algunos, varios, que siempre han sabido estar en ambos bandos, son los peores y ellos saben a quien me refiero, unidos a la ya ex-jubilada del bunker, trepas que por un jamón se van con la cerda.
Pero amigo, quedan los arriconados, pocos, dignos, que aun no han dicho su ultima palabra, te lo aseguro, aunque algunos de estos empieza a vérsele el plumero o la desidia.
Empezemos el año, con honor, como siempre, porque hay mucho trapero en Jaén, de navaja, os lo aseguro.
Resulta ciertamente que mirando a mi alrededor los empleados públicos que veo son los más fieles guardianes de sus intereses particulares. Este alegato-manifiesto nos resume perfectamente porque estamos inmersos en esas ilegalidades que habeis llamado errores, supongo para no echar más leña al fuego, porque no es cuestión política solamente sino también cuestión de esos que seguiran pegados a sus sillones como mejillones cebra contratando externos en vez de ofertar empleo publico y otorgando prebendas a sus fieles seguidores venga quien venga a gestionar. El enfoque que yo le doy es que pocos en esta casa llena de prebendados saben lo que significa la función pública, que seguira existiendo mas miedo que verguenza y seguira existiendo la corrupción porque continuaremos mirando para otro lado.
ResponderEliminarMagnifica labor. Permitidme que entre añadiendo mi enfoque: La mayor parte de los fracasos, aquí relatados, tienen un origen común relacionado con la gestión y el aprovechamiento de los recursos humanos de esta Confederación que a nadie le importa lo suficiente como para tomar medidas contundentes, porque la asignación de funciones y tareas y el reconocimiento de categorías, retribuciones y derechos, las deciden arbitrariamente jefes/as, jefecillos y abrazafarolas a cambio de lo que estés dispuesto a callar, por eso la oferta de empleo público, la plantilla de personal, el catálogo de puestos y la Relación de Puestos de Trabajo, son dependientes de la voluntad de nuestros sindicolistos y de la voluntad de nuestros jefes/as, jefecillos y abrazafarolas. La mayoría de las estafas evidentes no hubieran progresado si los empleados públicos del entorno no hubiesen actuado obviando lo evidente. ¿Cuántos años llevan esos sindicolistos negociando con jefes/as, jefecillos? Sólo nos cuentan, a veces con notas informativas lo que pactan ¿Dónde están las actas firmadas por Administración y los Sindicolistos que muestren que defienden nuestros intereses?. Pues reitero magnifica labor a los que llevais este blog con la poca información que se os ha suministrado este año buenas han sido las 48 entradas. Gracias.
ResponderEliminarOjalá tengamos la suerte de seguir disfrutando a lo largo del 2016 de esta estupenda y profesional plataforma y que se vayan bien lejos los que han hecho polvo el organismo de cuenca. Que la justicia y el pueblo los pongan en el lugar que corresponde.
ResponderEliminarQuiero desear un buen año a los que hacen posible que subsista este blog.
ResponderEliminarAl comentarista anterior decirle que por la inamovilidad de los que han colaborado en todo esto son muchos los que no se iran lejos quedandose aqui año tras año.
Al resto solo decirle que algun dia por nuestra pasividad y dejadez rendiremos cuentas a las siguientes generaciones por lo menos en nuestra conciencia.
Sigo sin entender el/os motivo/s que hay para que desde el Ministerio se hayan visto atados de pies y manos para no cesar al presidente de la confe con tantísimas irregularidades a sus espaldas, me gustaría que a lo largo de este año y cuando cambien los cargos en el organismo se sepa.
ResponderEliminarUn feliz año 2016 a todos!
ResponderEliminarENFOQUE:
ResponderEliminarPlataforma, tenemos unos asuntillos pendientes.
¡Suerte en 2016!
Hay muchos asuntos pendientes que van a quedar sin resolver,dais vueltas y vueltas a lo mismo, el año 2015 y los que le anteceden son el pasado, ¿que nos hemos acomodado?¿Y que? Asi es la vida.
ResponderEliminarY a propósito, estas Navidades no ha habido las famosas bufandas pal frio del bolsillo.
ResponderEliminarQue callaicos estais, cada vez soys mas los que las cobráis?
O es que el asunto, está cada vez mas de "como sueltes algo, te jodo"
Putrefacto Organismo, pero cada vez queda menos pa levantar la alfombra,
Algunos tienen los dodotis almacenaos en naves industriales, os lo aseguro