Córdoba no se rinde. Los incansables acudimos a todas las pitadas a zarandear los pilares del cortijo. La gente de la calle nos plaude y nos jalea. Somos su voz. Nos escuchan decir a los políticos lo que ellos no se atreven a gritar. Los extranjeros que pasan nos admiran. Toda la prensa pendiente de nosotros.
HAY QUE ESTAR AHÍ, ANIMO A TODOS A SEGUIR LUCHANDO
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